El autotratamiento de Reiki sin manos es posible y muy beneficioso.
¿Alguna vez se te ha ocurrido practicar Reiki sin necesidad de colocar las manos sobre el cuerpo? Seguramente, no, porque no es algo que se enseñe habitualmente, pero te aseguro que es una experiencia mucho más potente y relajante aún que el usual Reiki, en el que hacemos uso de las manos para distribuir la energía.
Seguramente te choca que sea posible, pues no es un sistema del que se hable. Pero, si lo piensas, ¿cómo no iba a serlo? Si con la intención podemos enviar la energía a distancia ¿cómo no vamos a poder guiarla por nuestro propio cuerpo?
Aprender a dirigir la energía sin necesidad de usar las manos es extremadamente útil, beneficioso y placentero.
Nos es útil en aquellas circunstancias en que no tenemos una buena movilidad en manos o brazos.
Determinadas enfermedades pueden hacer muy incómodo situar las manos tras la cabeza, por ejemplo. A veces no hay movilidad ninguna. ¡Qué injusto sería tener que verse privado del Reiki!
Es útil, también, cuando estamos en lugares públicos donde, a pesar de todo, podría apetecernos darnos una larga y relajante sesión. Por ejemplo, en un avión.
Pero no solo es sumamente práctico en ocasiones puntuales, además es extraordinariamente poderoso darnos Reiki valiéndonos únicamente de nuestra intención de canalizarlo.
El contacto con nuestro ser es más profundo y la energía no deja una célula sin bañar, relajándonos más y funcionando como una meditación, pues este método no acepta distracciones. Uno no puede estar guiando la energía a la par que hace mentalmente la lista de la compra o repasa la bronca que tuvo con el jefe, algo que demasiadas veces ocurre con el método usual.
En cierta medida es parecido a la meditación, pues en una sesión sin manos la atención va pasando por cada punto de nuestro cuerpo y nos abstraemos en nuestras sensaciones.
Hay diversas técnicas que se basan en recorrer el cuerpo para conseguir un objetivo. A menudo este es la relajación, pero no siempre. Mindfulness, la meditación de la atención plena, busca la presencia, la consciencia, y la calma no es su objetivo, aunque sí un efecto. En esta técnica se hace un trabajo de relación con el cuerpo que es la fase inicial para llegar a una nueva relación con los contenidos mentales.
Hay un ejercicio básico importante de mindfulness: el body–scan o exploración corporal secuencial. Consiste en focalizar la atención en cada una de las partes del cuerpo, habitualmente con el cuerpo tumbado boca arriba. Con él no se trata de aliviar las tensiones corporales sino de poner el cuerpo en el primer plano de la conciencia.
Pero nosotros vamos a aportar a este ejercicio mucho más que solo la atención: vamos a aportar la energía sanadora.
¿Cómo darse una sesión de Reiki sin manos?
Lo único que requiere es cierta capacidad de concentración para, con nuestra intención, guiar la energía a través de cada una de las partes internas y externas de nuestro cuerpo.
Lo primero es concentrarnos en nuestro séptimo chacra y sentir como la energía llega hasta él. Entonces la vamos distribuyendo, paso a paso, por el interior de nuestro cerebro, después por los ojos, los oídos, la nariz, mentón, rostro, el cuero cabelludo…, y luego vamos bajando por el cuerpo trabajando con mucho detalle sobre cada pequeña zona.
¿Quién puede practicarlo?
Cualquier practicante de Reiki de cualquier nivel, independientemente de su estado físico.
Yo la practico habitualmente porque me encanta la relajación y la sensación de inmensa limpieza y como de “recién nacido” o “empezar de cero” que obtengo con él. Lo siento como un “spa mental”.
Ayuda para practicarla
Para quienes prefieren ser guiados paso a paso, he creado una sesión de Reiki sin manos guiada, dirigida a cualquier persona, de cualquier nivel y estado de salud, que les facilite los comienzos con esta poderosa modalidad de autotratamiento.
¡No dejes de probarla tú también!