Aprender a dirigir la energía sin necesidad de usar las manos es extremadamente útil, beneficioso y placentero.
Nos es útil en aquellas circunstancias en que no tenemos una buena movilidad en manos o brazos, como ocurre a causa de determinadas enfermedades o accidentes.
Es útil, también, cuando estamos en lugares públicos donde, a pesar de todo, podría apetecernos darnos una larga y relajante sesión. Por ejemplo, en un avión.
Pero no solo es sumamente práctico en ocasiones puntuales, además es extraordinariamente poderoso darnos Reiki valiéndonos únicamente de nuestra intención de canalizarlo.
El contacto con nuestro ser es más profundo y la energía no deja una célula sin bañar, relajándonos más y funcionando como una meditación, pues este método no acepta distracciones. Uno no puede estar guiando la energía a la par que hace mentalmente la lista de la compra o repasa la bronca que tuvo con el jefe, algo que demasiadas veces ocurre con el método usual.
En cierta medida es parecido a la meditación Gassho, donde nos centramos en el contacto de nuestros dedos, pues, en una sesión sin manos, la atención va pasando por cada punto de nuestro cuerpo y nos abstraemos en nuestras sensaciones.
Hay diversas técnicas que se basan en recorrer el cuerpo para conseguir un objetivo. A menudo este es la relajación, pero no siempre. Mindfulness, la meditación de la atención plena, busca la presencia, la consciencia, y la calma no es su objetivo, aunque sí un efecto.
Hay un ejercicio básico importante de mindfulness: el body–scan o exploración corporal secuencial. Consiste en enfocar la atención en cada una de las partes del cuerpo, habitualmente con el cuerpo tumbado boca arriba.
Pero nosotros vamos a aportar a este ejercicio mucho más que solo la atención: vamos a aportar la energía sanadora.
¿Cómo darse una sesión de Reiki sin manos?
Lo único que requiere es cierta capacidad de concentración para, con nuestra intención, guiar la energía a través de cada una de las partes internas y externas de nuestro cuerpo.
Esta sesión guiada ayudará mucho al principiante en esta técnica. Lo único que tendrá que hacer será escoger su lugar favorito para darse Reiki, tumbado o sentado, y sumergirse en sí mismo, recorriendo su cuerpo según se le va pidiendo durante la sesión.
Esta sesión guiada en MP3 tiene una bonita y relajante música y una duración de 50 minutos (el practicante puede hacerla más breve si lo desea).
¿Quién puede practicarlo?
Cualquier practicante de Reiki de cualquier nivel, independientemente de su estado físico.
¿Es tan efectivo como el Reiki habitual, con manos?
Al menos igual, pero a efectos de relajación lo vas a encontrar incluso más. ¡Es como sumergir la mente en un spa!