Reiki para eliminar el estrés

Reiki para eliminar el estrés

De dónde viene el estrés

 

Desde el punto de visto de un practicante de Reiki, el estrés viene de dentro. Aunque solemos achacar el estrés a factores externos como nuestra vida laboral, problemas afectivos, enfermedades crónicas etc., realmente lo que causa estrés no son los problemas, si no nuestra manera de verlos.

Cada vez que me encuentro en una “situación estresante” intento recordar que no es la situación en sí, sino mi forma de afrontarla, la que me causa el estrés.

El Reiki tiene efectos maravillosos para eliminar el estrés, puesto que es un sistema práctico y eficaz para tratar tanto los síntomas como las causas. Uncómo eliminar el estrésa de sus principales ventajas es que no depende de las creencias ni capacidades de las personas, ya que no necesitas meditar, visualizar etc. Su aspecto práctico encaja muy bien con el estrés laboral, por ejemplo, porque el Reiki “va al grano”, tratando los síntomas de forma inmediata a la vez que trabaja aspectos más profundos a nivel inconsciente.

 

Cómo actúa el Reiki contra el estrés

 

El Reiki actúa contra el estrés en tres formas concretas:

  • Alivio de síntomas
    Primero, sana los síntomas del estrés a corto plazo, aportando una sensación de paz y tranquilidad durante y después de cada sesión. Alivia las sensaciones de ansiedad, agresión y depresión que acompañan al estrés.
    Nos llena de energía físicamente, fortaleciéndonos para poder afrontar situaciones estresantes y ayuda a disipar dolores de cabeza, tensiones musculares, mareos etc., que suelen ser manifestaciones físicas del estrés.
    Las sesiones de Reiki se dan con el paciente acostado, en ocasiones escuchando música relajante. El practicante posa suavemente sus manos sobre el cuerpo de la persona, empezando por la cabeza y terminando por los pies. Muchas personas se relajan tanto que quedan profundamente dormidas. Con el paso del tiempo, esa sensación de paz y tranquilidad después de la sesión dura más y más, pudiéndose convertir en el estado de ánimo permanente de la persona.
  • Cambio de actitud
    El Reiki cambia nuestra forma de ver las situaciones. A medio plazo, empezamos a ver la causa de nuestro estrés desde otro punto de vista. Sueles sentirte más “distanciado” del problema, como observador y no como participante en ello. Al distanciarse del problema, deja de generar estrés, visto que lo consideramos como algo separado de nosotros. Este cambio suele ser permanente y duradero, afectando nuestro día a día de modo completo.
    Cuando se trata de un estrés post traumático, por ejemplo debido a abusos sexuales en la infancia, Reiki ayuda a aceptar lo que ocurrió y liberar los sentimientos “atrapados” por el trauma.
  • Reiki y la situación
    La tercera forma que tiene Reiki de actuar es quizás la forma más curiosa y más difícil de creer. Reiki realmente tiene la posibilidad de cambiar situaciones para bien, eliminando así la “causa” del estrés. A largo plazo, nuestras vidas pueden experimentar los cambios necesarios para que desaparezca o cambie la situación que era, en un principio, el origen de nuestra actitud que creaba ese estrés interno.

En situaciones de estrés post traumático, se usa Reiki para investigar la situación que lo está causando. Reiki puede ayudar para cambiar el final de pesadillas recurrentes, por ejemplo, o reducir la frecuencia en que se “revive” la situación traumática.
La técnica de mandar Reiki a distancia es muy potente. Aunque parezca increíble, veo a diario como mandando Reiki a una situación que ocurrió en el pasado es capaz de sanar en el presente a la persona que la vivió.

 

Reiki como complemento al tratamiento psiquiátrico y psicológico

 

La razón por la que el Reiki es reconocido como Tratamiento Complementario por la Organización Mundial de la Salud, la Seguridad Social Británica y el Instituto de la Salud de los E.E.U.U., es la facilidad con la que se puede integrar con tratamientos convencionales. En el caso concreto del estrés, sesiones de Reiki en combinación con terapias convencionales actúan como “catalizador”, acelerando el curso de la terapia, y para sanar las emociones que pueden surgir como consecuencia del proceso terapéutico.

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